(Umtata, Transkei, 1918 - Johannesburgo, 2013) Político sudafricano que lideró los movimientos contra el apartheid y que, tras una larga lucha y 27 años de cárcel, presidió en 1994 el primer gobierno que ponía fin al régimen racista.
Renunciando a su derecho hereditario a ser jefe
de una tribu xosa, Nelson Mandela se hizo abogado en 1942. En 1944
ingresó en el Congreso Nacional Africano (ANC), un movimiento de lucha
contra la opresión de los negros sudafricanos. Mandela fue uno de los
líderes de la Liga de la Juventud del Congreso, que llegaría a
constituir el grupo dominante del ANC; su ideología era un socialismo
africano: nacionalista, antirracista y antiimperialista.
![](http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/fotos/mandela_nelson_1.jpg)
Nelson Mandela
En 1948 llegó al poder en Sudáfrica el Partido Nacional, que institucionalizó la segregación racial creando el régimen del apartheid. Bajo la inspiración de
Gandhi,
el ANC propugnaba métodos de lucha no violentos: la Liga de la Juventud
(presidida por Mandela en 1951-52) organizó campañas de desobediencia
civil contra las leyes segregacionistas.
![](http://www.biografiasyvidas.com/images/mono.gif)
En 1952 Mandela pasó a presidir el ANC del
Transvaal, al tiempo que dirigía a los voluntarios que desafiaban al
régimen; se había convertido en el líder de hecho del movimiento. La
represión produjo 8.000 detenciones, incluyendo la de Mandela, que fue
confinado en Johannesburgo. Allí estableció el primer bufete de abogados
negros de Sudáfrica.
En 1955, cumplidas sus condenas, reapareció en público, promoviendo la aprobación de una Carta de la Libertad, en
la que se plasmaba la aspiración de un Estado multirracial, igualitario
y democrático, una reforma agraria y una política de justicia social en
el reparto de la riqueza.
El endurecimiento del régimen racista llegó a su culminación en 1956, con el plan del gobierno de crear siete reservas o bantustanes, territorios
marginales supuestamente independientes, en los que confinar a la
mayoría negra. El ANC respondió con manifestaciones y boicoteos, que
condujeron a la detención de la mayor parte de sus dirigentes; Mandela
fue acusado de alta traición, juzgado y liberado por falta de pruebas en
1961.
Durante el largo juicio tuvo lugar la matanza de
Sharpeville, en la que la policía abrió fuego contra una multitud
desarmada que protestaba contra las leyes racistas, matando a 69
manifestantes (1960). La matanza aconsejó al gobierno declarar el estado
de emergencia, en virtud del cual arrestó a los líderes de la oposición
negra: Mandela permaneció detenido varios meses sin juicio.
Aquellos
hechos terminaron de convencer a los líderes del ANC de la
imposibilidad de seguir luchando por métodos no violentos, que no
debilitaban al régimen y que provocaban una represión igualmente
sangrienta. En 1961 Mandela fue elegido secretario honorario del
Congreso de Acción Nacional de Toda África, un nuevo movimiento
clandestino que adoptó el sabotaje como medio de lucha contra el régimen
de la recién proclamada República Sudafricana; y se encargó de dirigir
el brazo armado del ANC (la Lanza de la Nación). Su estrategia se centró
en atacar instalaciones de importancia económica o de valor simbólico,
excluyendo atentar contra vidas humanas.
En 1962 viajó por diversos países africanos
recaudando fondos, recibiendo instrucción militar y haciendo propaganda
de la causa sudafricana. A su regreso fue detenido y condenado a cinco
años de cárcel. Un juicio posterior contra los dirigentes de la Lanza de
la Nación le condenó a cadena perpetua en 1964. Ese mismo año fue
nombrado presidente del ANC.
su liberación
Prisionero durante 27 años en penosas condiciones, el
gobierno de Sudáfrica rechazó todas las peticiones de que fuera puesto
en libertad. Nelson Mandela se convirtió en un símbolo de la lucha
contra el apartheid dentro y fuera del país, una figura legendaria que representaba la falta de libertad de todos los negros sudafricanos.
En 1984 el gobierno intentó acabar con tan incómodo
mito, ofreciéndole la libertad si aceptaba establecerse en uno de los
bantustanes a los que el régimen había concedido una ficción de
independencia; Mandela rechazó el ofrecimiento. Durante aquellos años,
su esposa Winnie simbolizó la continuidad de la lucha, alcanzando
importantes posiciones en el ANC. El ferviente activismo de Winnie no
estuvo exento de escándalos; años después, ya en los 90, se vería
envuelta en un polémico juicio en el que fue acusada de asesinato, si
bien salió absuelta.
Finalmente, Frederik De Klerk,
presidente de la República por el Partido Nacional, hubo de ceder ante
la evidencia y abrir el camino para desmontar la segregación racial,
liberando a Mandela en 1990 y convirtiéndole en su principal
interlocutor para negociar el proceso de democratización. Mandela y De
Klerk compartieron el Premio Nobel de la Paz en 1993.
![](http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/fotos/mandela_nelson_3.jpg)
Mandela y Frederik De Klerk en la entrega del Nobel
Las elecciones de 1994 convirtieron a Mandela en el
primer presidente negro de Sudáfrica; desde ese cargo puso en marcha una
política de reconciliación nacional, manteniendo a De Klerk como
vicepresidente y tratando de atraer hacia la participación democrática
al díscolo partido Inkhata de mayoría zulú. Una película del cineasta
estadounidense Clint Eastwood, Invictus (2009), reflejaría con
bastante fidelidad el Mandela de esos años; su apoyo a una selección
nacional formada por blancos durante la Copa Mundial de Rugby de 1995,
celebrada en Sudáfrica, muestra su empeño en integrar la minoría blanca y
la mayoría negra sirviéndose de aquel acontecimiento deportivo y su
firme voluntad de construir una nación para todos los sudafricanos, sin
distinción de raza.
Mandela impulsó asimismo la redacción de una nueva
constitución para el país, que fue finalmente aprobada por el parlamento
en 1996. Un año después cedió la dirección del ANC a Thabo Mbeki,
destinado a convertirse en su sucesor en la presidencia. En 1998, dos
años después de haberse divorciado de Winnie, contrajo matrimonio con
Graça Machel.
Junto con el arzobispo Desmond Tutu,
que presidía la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, Nelson
Mandela presentó en junio de 1998 el informe con las conclusiones de la
Comisión. La talla del dirigente africano quedó patente una vez más
cuando, frente al parecer del ANC, avaló las conclusiones del informe,
que señalaban no solamente los abusos y crímenes del régimen
segregacionista, sino también los cometidos por los diversos grupos de
los movimientos de liberación, incluido el Congreso Nacional Africano.
Tres meses antes de finalizar su mandato, Mandela anunció que no
pensaba presentarse a la reelección. Le sucedió en la presidencia Thabo
Mbeki, vencedor en las elecciones de junio de 1999.
Apartado de la vida política desde ese año, recibió
múltiples reconocimientos, si bien sus problemas de salud hicieron cada
vez más esporádicas sus apariciones públicas. Pese a su retirada, el
fervor que Mandela despierta en sus compatriotas siguió vivo: en 2010
estuvo presente en las ceremonias del Mundial de Fútbol de Sudáfrica, y
recibió el caluroso apoyo de la multitud; en julio de 2013, estando el
líder gravemente enfermo, la población sudafricana se lanzó a las calles
para celebrar su 95º aniversario. Elevado a la categoría de uno de los
personajes más carismáticos e influyentes del siglo XX, su figura
entrará en la historia como encarnación de la lucha por la libertad y
la justicia y como símbolo de toda una nación.
Todos los libros y obras de Nelson Mandela
Nelson Mandela: el legado de paz de un notable
El político es ejemplo de que un liderazgo fuerte y bien intencionado puede ganar causas imposibles y promover la reconciliación.
08/12/2013 - 04:00
Luego de abrazar el camino de la violencia para resistir al régimen del apartheid e integrar el ala más radical de su partido político, el Congreso Nacional Africano, Mandela fue detenido en 1962 y condenado en 1964, acusado de alta traición. Durante los 27 años que permaneció en distintos penales, la rebeldía contra las injusticias del régimen supremacista creció entre la mayoría negra sudafricana. El gobierno blanco entró en crisis, y sus brutales esfuerzos por reprimir la sostenida resistencia de un pueblo que no se resignó a perder su dignidad no hicieron más que aumentar su debilidad e incrementar su aislamiento internacional. Cuando llegó al poder Frederik W. De Klerk, se dio cuenta de que la situación era insostenible y que era necesario negociar. Vio en Mandela al único líder con legitimidad para entablar negociaciones y se decidió a liberarlo.
En febrero de 1990, Mandela salió como un hombre libre desde la prisión Victor Verster. La experiencia lo había cambiado. Ya no era el aguerrido líder que emulaba al Che Guevara, llamaba a una revolución castrista y vestía con trajes verde olivo. Ahora usaba corbata o coloridas camisas tribales y predicaba una visión unificadora. Eso no hizo de él un negociador débil. Mandela combinó habilidad con fuerza para obligar a De Klerk a que éste facilitara un traspaso total del poder desde la minoría blanca hacia la mayoría negra. El prestigio y la imagen de “Madiba” (abuelo) se agigantaron cada vez más, hasta que llegó el día de 1994 en que se celebraron elecciones abiertas y Mandela se convirtió, tras ganar con el 62% de los votos, en el primer presidente negro de Sudáfrica.
Su figura ya era imponente, pero creció aún más durante los cinco años en que ejerció el poder. Luego de convencerse a sí mismo de que la unidad era requisito ineludible, hizo el esfuerzo de persuadir a todo un país de que la vía de la reconciliación no sólo era posible, sino también necesaria. Para ello no titubeó en tomar la iniciativa -como ocurrió, por ejemplo, durante el episodio de la Copa del Mundo de Rugby de 1995 que ha sido retratado en un libro y una película- y señalar el camino a sus compatriotas. Sin dejar de buscar la verdad de los atropellos cometidos durante las décadas de vigencia del apartheid, Mandela resistió la tentación de la venganza y optó por tratar de construir una sociedad integrada, no sólo con los blancos afrikaaners, sino también entre los distintos grupos tribales que componen Sudáfrica. Su enorme legado es haber buscado la reconciliación y la paz para su país.
8 principios de liderazgo por Nelson MandelaPublicado en Educación Financiera |
1.
La fortaleza del líder no reside sólo en valentía o coraje, ya que no
es la ausencia de temor, sino la capacidad para sostenerse. Es
decir, aún en medio de las circunstancias adversas, recordar su posición
e inspirar a otros a ir más allá, alcanzando objetivos juntos.
2. EL líder tiene que tener capacidad de entender los momentos y oportunidades, ser táctico.
Las tácticas para lograr un acuerdo son importantes en la medida son
oportunas. Implican riesgo y ruptura de paradigmas, mas un líder tiene
que ser capaz de entender estos momentos y saber explicarlos a su grupo.
No es ceder principios sino ver que los hechos se materialicen para el
bien de todos, lo que suele depender de la realidad, el líder pragmático
es más oportuno que sólo el que es idealista.
3. Ser plomo en la parte de
atrás, dejando que cada quien hable y aporte su posición o ideas para
conocer el terreno y saber buscar los consensos. El líder tiene
que tratar de no adelantarse o tomar posiciones sin conocer lo que
otros piensan o pudieran pensar, de este modo, sostiene mejor sus
criterios a la hora de decisiones fuertes, a diferencia de quienes se
desbocan por reacciones emocionales. Así, logrará persuadir a los demás
en torno a la mejor idea, haciéndolos pensar que era también la suya.
4. Conoce a tus contrarios y aprende de las cosas que les gusta, su historia, su deporte, sus experiencias. De
este modo sabrás hacerle ver los puntos que tienen en común y aun en
medio de las peores circunstancias sabrás hacerte entender y ser
respetado.
5. Mantén a tus amigos cercas y
más cerca a tus rivales o contrarios, hazle ver tus encantos y muéstrale
tu amistad, a ver como se comportan contigo. Es una manera de
tener a raya al enemigo es compartiendo con él y saber que hace dentro
de un circulo de influencia que no saber que piensa o hace. Eso dejara
claro cuando te agrede o te falta, en contraposición al cuidado que le
has proferido y de los amigos, confía sin esperar lealtad 100% ya que
ellos tienen sus propios intereses como humanos, y pueden cambiar.
6. La apariencia física ayuda al líder,
es importante, mas es imprescindible contar con una gran sonrisa, que
trasmita tu paz y tu capacidad de equilibrio interior, aún cuando puedas
experimentar sentimientos de amargura o confusión, esto ayudará a que
recobres, si el líder llega a estar dubitativo o rabioso a reencontrar
el equilibrio y a que los demás te reconozcan con simpatía o confíen una
vez mas en tu propia confianza.
7. La vida nunca es bien o mal en todo momento, nada es blanco o negro.
Las decisiones son complejas, hay variados colores y factores a
considerar, y siempre hay factores que compiten. Nada es nunca tan
sencillo como parece. Siempre preguntarse ¿Cuál es el fin que yo busco?
¿De que factores depende? ¿Pueden ser mis objetivos relacionados a
factores que parecen contradictorios? Si es así, es adecuado sopesar
cada factor y actuar en consecuencia para no tener que renunciar a
ninguno si es posible o conveniente.
8. Dejar de ser el líder, en algún momento también es una forma de seguir siendo líder, ya
que la impetuosidad a veces consume el liderazgo, por lo cual es
importante la madurez de cómo saber administrarlo. A veces esta madurez
llega con lecciones muy duras, por lo cual es importante reflexionar y
no extralimitar las ambiciones o pretensiones para acceder o perpetuarse
en el poder, y menos si se ha peleado públicamente con estos
extremos. Saber reconocer una derrota o saber aceptar el rechazo a una
idea y respetar el resultado puede constituirse en ganancia.
Fuente: www.negociosyemprendimiento.com
|
|||
---|---|---|---|